27 de septiembre de 2012

La refinanciación

Mi amiga trabaja en una entidad bancaria. Yo opino que todo trabajo dignifica, pero me cuesta asumir que un conocido mío trabaje para el enemigo. Así que he decidido que está de infiltrada, y lo que hace es reunir información para poder atacarles donde más duele cuando llegue el momento.
Como Sheppard en Cerberus.

Por casualidades de la vida, tiene su cuenta corriente en esa misma entidad. Que diréis, ja, eso desabarata tu teoría del agente infiltrado. Y yo digo, puede, pero también puede que sea un tema de comodidad, que donde trabaja todos los cajeros son de esa entidad, y como tengas una cuenta en otro banco te clavan 5 euros por operación. Que ser un agente doble seguro que no está muy bien pagado, un poco de comprensión.

El caso es que mi amiga intentaba tramitar la refinanciación de unos préstamos que tenía con ese mismo banco. Esto que dicen de que Dios aprieta pero no ahoga, y que la deuda de sangre se puede pagar en cómodos plazos de medio litro al mes, y así nos da tiempo a regenerarlo y que nos sigan sangrando más meses. En el banco están más que contentos de que alguien por fin les pague lo que les debe, porque el dinero para la gasolina de sus yates no nace de los árboles, y le han pasado el expediente a un altamente preparado oficinista comprometido con su trabajo.

Que se fue un mes de vacaciones según le llegó el dicho expediente.

Mi amiga cree firmemente que el ser humano es bueno y razonable por naturaleza, así que cuando la refinanciación se le retrasó un mes, y por lo tanto los intereses por demora aumentaron, llamó muy educadamente al banco para preguntar por qué motivo darle a un botón en un programa de ordenador - que por cierto ella había ayudado a programar - les estaba llevando tanto tiempo.

La conversación fue tal que así:

- Hola buenos días, llamaba por la refinanciación de mi deuda.

- Ah, sí. Me puede decir su nombre, apellidos y dni?

- Sí, cómo no. Verá, como le decía, quería saber cómo va la tramitación de mi refinanciación.

- Sí, un momento... ¿cuál dijo que era su dni? Ah, sí... Aquí pone que quien está tramitando su expediente se encuentra de vacaciones hasta final de mes.

- Sí, estoy al tanto de que está de vacaciones. Lo que quería saber es quién está tramitando mi solicitud en su lugar.

- Déjeme ver... ¿cuál dijo que era su dni? Eh... No se preocupe, el encargado de su solicitud volverá en solo cuatro días...

- Sí, lo sé, pero verá, quería saber quién está tramitando mi expediente durante este mes.

- ... Pero verá, ya casi está de vuelta de sus vacaciones, la semana que viene podrá llamarle para preguntarle por el avance del trámite...

- No creo estar expresándome bien. Tengo una tramitación de refinanciación pendiente. Cada día que pasa sin que me aprueben esa refinanciación es una subida más de los intereses por demora. Y no me gustaría enterarme de que me van a cobrar un mes más de subida de intereses porque nadie se está haciendo cargo de un expediente urgente porque quien tenía que tramitarlo se ha ido de vacaciones y no se ha dejado a nadie a cargo.

- Eh... Si ya solo quedan cuatro días, en cuanto vuelva ... le dejaremos dicho que la llame para informarle del avance de la tramitación...

- Sí, ya veo. Pues muchas gracias, eh, me ha sido de mucha ayuda.

*Click*

Naturalmente, mi amiga se cabreó mucho. Fue a quejarse al banco, pero le dijeron que ya no podían hacer nada, que tenía que haber ido a quejarse antes de que el trabajador que tramitaba su expediente se hubiera ido de vacaciones. Ella les intentó hacer entender que ese mes tenía la premonición desconectada y no pudo ver con adelanto las vacaciones de nadie, pero para lo que sirvió, como si les hubiera hablado de su periquito Rufus.

Aunque tras la vuelta de vacaciones del contable en cuestión le aprobaron la refinanciación en un abrir y cerrar de ojos, mi amiga estaba muy cabreada por los intereses que tendría que pagar a resultas del mes de retraso. Y ella, además de pensar que el ser humano es bueno por naturaleza, también cree en el castigo divino. Así que un día en el curro se levantó del puesto, se coló en la sala de servidores, y conectó su teléfono móvil, ese que comporta como si tuviera conciencia propia y muy mala leche, al servidor central en modo transferencia de archivos.

El banco en cuestión lleva más de un mes inoperativo; han perdido todos los datos de sus clientes, por algún motivo se les han corrompido todas las copias de seguridad y fallado todos los sistemas de redundancia, y están recibiendo tantas demandas por parte de la gente que tenía sus ahorros allí, que seguramente tengan que declarar la bancarrota y utilizar el dinero de la disolución para pagar facturas, y luego buscarse otro trabajo para seguir pagándolas. Y mi amiga le ha comprado una carcasa nueva y una funda de terciopelo con strass a su móvil.

Y yo no veo ningún modo en que estos dos hechos puedan estar relacionados.

Que mi pc también tiene puerto usb.


4 comentarios:

  1. Yo no sé nada, yo no he visto nada, esta no es mi tienda xD

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  2. Así que así fue como empezó lo de Skynet...

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  3. ¡Ja, ja! Genial operación de sabotaje.
    Y yo que pensaba que ese móvil era el diablo. Ahora me siento culpable.

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  4. @Lograi: Si hubieran conectado este móvil a Skynet no habría habido levantamiento de las máquinas XDDD

    @Platov: Es más daño de área, el móvil putea de manera general, a nadie en particular XDDD

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