5 de noviembre de 2012

Bailando salsa...

Fue una lástima, pero mi amiga también ha dejado de lado la repostería. Que es natural, la pobre había ganado como 20 kilos desde que comenzó con ese hobby, hacía tantos dulces que por mucho que los trajera al trabajo siempre sobraban. La salud es lo más importante. Además, han cerrado la panadería a la que iba a comprar siempre los ingredientes. Le he dicho que si es por eso conozco otros sitios donde podría comprarlos, que no tire la toalla a la primera; pero parece que está decidida a dejar la repostería. Sus razones tendrá.

Tras esto, estuvo realmente decaída durante unos días. Sin nada con lo que llenar su tiempo libre se debería aburrir bastante, claro, así que entre todas decidimos llevarla de fiesta un viernes, a ver si conseguíamos animarla. Cuando le dijimos que la tarde era toda suya al principio, con una gran sonrisa en el rostro, sugirió un local de strippers masculinos. Pero luego se rió y nos dijo que éramos unas inocentes, que cómo habímos caído. Yo me reí mucho con su broma, porque había dado el nombre, la dirección y el horario del local con tanta naturalidad que no parecía que se lo estuviera inventando. Pero esa es otra de las cosas que me gustan de ella, que es una bromista empedernida.

Al fuimos a un local de salsa en el que también se podía cenar, y la verdad es que no nos estaba dando mucho resultado el plan, porque mi amiga se pasó toda la cena con el ceño fruncido. Pero comenzó a animarse cuando despejaron la pista de baile y comenzó a llegar más gente. Debe de gustarle mucho bailar, porque cuando salió a la pista se olvidó totalmente de nosotras y estuvo bailando toda la noche. Mayoritariamente con hombres. Bueno, de hecho solo con hombres. Supongo que la salsa debe de ser como el tango, que se baila con alguien de otro sexo si se queire hacer bien.

Al final el plan nos salió un poco caro, porque al viernes siguiente nos pidió que volviéramos a ir con ella al mismo local. Y al siguiente. Y al otro. A mi no me importa salir, pero el sitio este es algo caro y no me gusta especialmente la salsa, y por mucho que sea bonito ver bailar a mi amiga, empecé a pensar por un momento que el baile no era el motivo por el que le gustaba ir... Claro que en seguida me corregí: Ella es un encanto y yo siempre estoy pensando mal, debería alegrarme más por ella en vez de inventar chanchullos como que nos lleva a ese local para poder estar con chicos guapos, lo que pasa es que me da envidia que baile tan bien y me salta la bilis. Pero soy una buena amiga, no dudaría nunca de ella. Además, si estuviera interesada en ligar seguro que apuntaría un montón de números de teléfono, y no la he visto sacar el móvil ni una vez. Vale que a los chicos que bailan con ella sí que les he visto sacar el móvil y apuntar algo que ella les decía...

Pero podían estar hablando de cualquier cosa, no hay por qué ser malpensados.



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